17.12.06
¿Feliz Navidad?
¿Feliz Navidad?
Si te pregunto, no te deseo. La Navidad ya esta aquí quieras o no. Pero esta Navidad ¿Es feliz?
La Navidad se ha convertido casi en una fiesta universal, que no es lo mismo que tradicional, donde la felicidad es una imposición, has de ser feliz o al menos mostrarte feliz.
Y no hay mejor manera de mostrar esta felicidad que:
- Celebrando aquellos días que nos marcan como fiesta derrochando regalos, comida, decoración, bebida,...
- Paseando por el centro comercial de turno donde las luces nos ciegan y nos invitan a comprar regalos hasta a aquel primo segundo de nuestra tía Encarnita...
- Colocando con esmero bolas y espumillón en ese joven árbol que estamos dejando morir en nuestro salón...
- Comprando juguetes (no uno ni dos) y ya sabes, la cocinita para la niña y el camión para el pequeño. Ignorando que el niño o la niña que construyo ese juguete jamás va a tener tiempo para disfrutarlo.
- Y soñando en convertirte en un nuevo rico junto con tus compañer@s de trabajo, o con tus amig@s de la peña, o con tus vecin@s del pueblo, o con..., comprando lotería en todos lados, y es que sí toca y no compro...
Por lo tanto, la felicidad esta unida a tu capacidad de consumo en Navidad, ¿cuanto más consumes más feliz?
Para mi la respuesta es clara. Por eso no voy a regalar objetos, voy a regalar hechos, actos, tiempo. Por ejemplo, una excursión a aquella montaña con mi familia, dos entradas para el teatro para mi hermano, ir a escuchar un cuenta cuentos con mi compañera, irme de vinos con mis compañeros de trabajo, tomarme un café con mi amiga,...
La felicidad no se mide en el DVD, en el Mp3, en este jersey, en la corbata, en el perfume, en aquel libro o en ese nuevo disco de música.
La felicidad solo tiene sentido si se comparte por eso es necesario regalar, y regalarse, ese tiempo necesario para estar con aquell@s que más quieres en Navidad y siempre.
P.D. ¿Qué Navidad quieres?
Si te pregunto, no te deseo. La Navidad ya esta aquí quieras o no. Pero esta Navidad ¿Es feliz?
La Navidad se ha convertido casi en una fiesta universal, que no es lo mismo que tradicional, donde la felicidad es una imposición, has de ser feliz o al menos mostrarte feliz.
Y no hay mejor manera de mostrar esta felicidad que:
- Celebrando aquellos días que nos marcan como fiesta derrochando regalos, comida, decoración, bebida,...
- Paseando por el centro comercial de turno donde las luces nos ciegan y nos invitan a comprar regalos hasta a aquel primo segundo de nuestra tía Encarnita...
- Colocando con esmero bolas y espumillón en ese joven árbol que estamos dejando morir en nuestro salón...
- Comprando juguetes (no uno ni dos) y ya sabes, la cocinita para la niña y el camión para el pequeño. Ignorando que el niño o la niña que construyo ese juguete jamás va a tener tiempo para disfrutarlo.
- Y soñando en convertirte en un nuevo rico junto con tus compañer@s de trabajo, o con tus amig@s de la peña, o con tus vecin@s del pueblo, o con..., comprando lotería en todos lados, y es que sí toca y no compro...
Por lo tanto, la felicidad esta unida a tu capacidad de consumo en Navidad, ¿cuanto más consumes más feliz?
Para mi la respuesta es clara. Por eso no voy a regalar objetos, voy a regalar hechos, actos, tiempo. Por ejemplo, una excursión a aquella montaña con mi familia, dos entradas para el teatro para mi hermano, ir a escuchar un cuenta cuentos con mi compañera, irme de vinos con mis compañeros de trabajo, tomarme un café con mi amiga,...
La felicidad no se mide en el DVD, en el Mp3, en este jersey, en la corbata, en el perfume, en aquel libro o en ese nuevo disco de música.
La felicidad solo tiene sentido si se comparte por eso es necesario regalar, y regalarse, ese tiempo necesario para estar con aquell@s que más quieres en Navidad y siempre.
P.D. ¿Qué Navidad quieres?
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